¿Qué es el Flúor? Fluoruro vs Flúor


(Consumes este tóxico todos los días)

Existe confusión sobre la diferencia entre flúor y flúor. El fluoruro está relacionado con el flúor, pero las dos sustancias químicas no son iguales. El flúor es un elemento químico, mientras que el fluoruro es el ion de ese elemento o un compuesto que lo contiene. El símbolo F significa flúor, mientras que el fluoruro es F– o está contenido en un compuesto (por ejemplo, NaF).

El flúor puro es un gas de color amarillo pálido que se encuentra en la corteza terrestre y se disuelve en el agua de mar. Pero el flúor es un elemento reactivo, por lo que rara vez se presenta en forma pura. Forma el ion F– y se combina con otros elementos formando compuestos y minerales.

Ejemplos de fluoruro

Los ejemplos de fluoruro incluyen el ion y los compuestos que contienen flúor como anión:
  • Ión fluoruro – F–
  • Hexafluoruro de azufre – SF6
  • Fluoruro de calcio – CaF2
  • Fluoruro de sodio – NaF
  • Fluorosilicato de sodio – Na2SiF6

Usos del fluoruro

El uso más familiar del fluoruro es la prevención de caries, pero tiene otras aplicaciones.

  • Prevención de caries (fluoruro de sodio, monofluorofosfato de sodio)
  • Tratamiento de la osteoporosis
  • Fundición de aluminio (criolita, Na3AlF3)
  • Fabricación de acero (fluorita, CaF2)
  • Producciones de fluorocarbonos (fluoruro de hidrógeno, HF)
  • Ensayos bioquímicos
  • Baterías de iones de fluoruro

Efectos y riesgos para la salud del flúor y el fluoruro

El flúor elemental es altamente tóxico para los humanos y otros organismos vivos. Sus efectos son comparables a los del cloro puro, irritando los ojos y las mucosas y dañando el hígado y los riñones. Algunos fluoruros también son extremadamente peligrosos, como el fluoruro de hidrógeno, más comúnmente conocido como ácido fluorhídrico.

Pero, en pequeñas cantidades, es probable que el fluoruro sea un micronutriente. La cantidad diaria recomendada depende principalmente de la edad y oscila entre 0,6 mg/día y 4,0 mg/día. La deficiencia de fluoruro aumenta el riesgo de caries. La aplicación tópica de un compuesto fluorado, como el fluoruro de sodio, ayuda a prevenir las caries y al mismo tiempo resulta en una ingestión mínima de fluoruro. La ingestión excesiva de flúor provoca fluorosis dental, una afección que va desde marcas blancas inofensivas en los dientes hasta dientes marrones y debilitados. La ingestión excesiva de fluoruro también provoca úlceras de estómago y fluorosis esquelética, que es una enfermedad crónica de los huesos y las articulaciones. Si bien es beneficioso en dosis mínimas, el fluoruro se vuelve letal en niveles entre 32 y 64 mg/kg de peso corporal. El límite superior seguro de consumo de fluoruro es 7 mg/día (Unión Europea) o 10 mg/día (Estados Unidos) para adultos o 0,10 mg/kg por día para bebés y niños de hasta 8 años.

Fuentes dietéticas de flúor y fluoruro

Existen varias fuentes comunes de flúor y fluoruro en la dieta:

  • agua fluorada
  • Té negro
  • Pasas
  • Vino
  • Papas
  • Cordero
  • Aguacates
  • Espinaca
  • melocotones
  • Lechuga
  • Rábanos
De estas fuentes, el té contiene los niveles más altos de fluoruro. Una taza de té negro aporta alrededor de 0,884 miligramos de flúor.



Referencias

  • Aigueperse, Jean; Mollard, Paul; Diabólicos, Didier; Chemla, Marius; Faron, Robert; Romano, René; Cuér, Jean Pierre (2000). “Compuestos de flúor inorgánicos”. Enciclopedia de química industrial de Ullmann. ISBN 978-3527306732. doi:10.1002/14356007.a11_307
  • IPCS (2002). Criterios de salud ambiental 227 (Fluoruro). Ginebra: Programa Internacional sobre Seguridad Química, Organización Mundial de la Salud. ISBN 978-92-4-157227-9.
  • Malinowska, E.; Inkielewicz, I.; Czarnowski, W.; Szefer, P. (2008). “Evaluación de la concentración de flúor y la ingesta diaria por parte del ser humano a partir de té e infusiones de hierbas”. Química de los alimentos. Toxico. 46 (3): 1055–61. doi:10.1016/j.fct.2007.10.039
  • Yeung, C.A. (2008). "Una revisión sistemática de la eficacia y seguridad de la fluoración". Odontología basada en la evidencia. 9 (2): 39–43. doi:10.1038/sj.ebd.6400578

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